No competimos con la IA; la usamos a nuestro favor 

La IA es mi aliada, no mi enemiga. Usarla con criterio y estrategia es el quid de la cuestión.

Para que lo entiendas bien

Tranqui, que no voy a descubrirte nada nuevo, ya habrás leído cientos de artículos sobre la IA. Lo que quiero explicarte en estas líneas es cómo la usamos los copywriters que hemos decidido que sea nuestra aliada en vez de nuestra enemiga. 

Las empresas ya no quieren procesos manuales. Les parecen lentos, caros y un pelín prehistóricos. La IA está aquí para quedarse, y el reto no es resistirse, sino saber aprovecharla sin perder la esencia. Porque, ojo, la inteligencia artificial no sustituye a los redactores, sino que los potencia. Nos hace más rápidos, nos da más datos y nos permite personalizar mejor. Nos ayuda a escribir más, sí, pero sobre todo, nos ayuda a escribir mejor.

No se trata de escribir con IA, sino de hacerlo con criterio

La IA es una herramienta poderosa, pero no vale con darle cuatro instrucciones vagas y esperar magia. No funciona así. Lo que le pides a la IA es lo que obtienes: si le metes basura, te devuelve basura. Pero si le das contexto, estrategia y creatividad, el resultado puede ser sorprendente. Por eso, los buenos copywriters no dejamos la escritura en manos de la IA sin más, sino que la usamos como un asistente inteligente que nos ayuda a estructurar ideas, encontrar enfoques nuevos y afinar mensajes.

La IA no persuade por sí sola (de momento)

Por ahora, es una máquina de generar palabras, pero convertirlas en mensajes que impacten sigue siendo cosa nuestra. La IA no entiende de emociones, ni de estrategia comercial, ni de esa chispa o ese toque que convierte un texto correcto en uno memorable. Ahí entramos nosotros. El secreto no está en dejarle todo el trabajo a la IA, sino en usarla de forma inteligente. Y eso, se llama estrategia.

Tres maneras de enfrentarse a la IA (y solo una es la acertada)

Ahora mismo, hay tres maneras de abordar la IA en el mundo del copywriting:

  1. Ignorarla. Seguir escribiendo como siempre, como si nada hubiera cambiado. Mala idea: la competencia te pasará la mano por la cara en un abrir y cerrar de ojos. Podemos ser románticos, pero también realistas. 
  2. Dejarle todo el trabajo. Le das un prompt básico, copias y pegas el texto tal cual y te quedas tan ancho. El resultado: textos genéricos, planos y sin personalidad. Si todo el mundo hace lo mismo, nadie se diferencia.
  3. Usarla con criterio. Aprovechar su potencial para investigar, generar ideas y estructurar, pero siempre con una estrategia sólida y un toque humano. Esta es la opción ganadora.

¿Cómo trabajamos los copywriters que sabemos usar bien la IA?

  • Definimos la estrategia.
  • Escribimos prompts claros y efectivos (aquí hay que echarle toda la carne al asador).
  • Investigamos y analizamos datos.
  • Cocreamos con la IA.
  • Refinamos, corregimos y ajustamos.
  • Volvemos a refinar, corregir y ajustar (tantas veces como sea necesario).
  • Probamos, medimos y optimizamos.
  • Automatizamos procesos sin perder el toque humano.

Y, entonces, ¿en qué seguimos siendo (mucho) mejores?

  • En la estrategia de base.
  • En crear conexiones emocionales.
  • En inventar conceptos nuevos (la IA recicla, pero no innova).
  • En dar coherencia a la voz de marca.

Parece bastante sencillo, ¿verdad? Parece que puedas darle también estas instrucciones a la IA y que se produzca la magia. Bueno, pues no es del todo así.  

Porque somos estrategas de contenidos: ya no solo escribimos, sino que optimizamos y mejoramos. Creamos narrativas que impactan.  

Por tanto, se redefine nuestro rol, lo que se espera de nosotros.

Las habilidades esenciales del copywriter que usa bien la IA

  • Ingeniería de prompts: saber hablar con la IA para que nos entienda.
  • Análisis y optimización basada en datos.
  • Adaptabilidad y personalización.
  • Experiencia en UX writing y microcopy.
  • Automatización de contenidos sin perder calidad.

Ideas y estrategia: lo que realmente importa

La diferencia en realidad no radica en la ejecución (la inteligencia artificial cada vez la hace mejor y más rápida), sino en las ideas. Estamos en la era dorada de la estrategia y el pensamiento creativo. Si queremos destacar, no podemos limitarnos a escribir bien: tenemos que pensar mejor. Y eso, señores, lleva su tiempo. 

Así que sí, la IA nos ayuda a ser más rápidos y a escribir mejor, pero tengamos claro que lo más importante es dedicar el tiempo a pensar, a ser creativos y a construir unos fundamentos y una estrategia que sean la base de todo lo demás. Ahí, no hay competencia que valga. 

Concluyendo: La IA no nos va a quitar el trabajo. Pero sí lo harán los redactores que la sepan usar bien. Yo ya me he subido a este tren. Y te aseguro que va como una flecha hacia el futuro. 

Porque hemos pasado de caminar a volar. Pues venga, ¡volemos alto! 

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