El poder de las historias

A todos nos gustan las historias. Y todas las personas (y los proyectos) tenemos historias que contar. Nuestras historias. Nuestros relatos de marca.

¿A qué niño no le gustan los cuentos?

Los míos me pedían 8 antes de ir a dormir. Y yo, con mis prisas, iba saltando páginas de 4 en 4.

Y las historias les enganchaban igual.

Antes de dormir, mientras están intentando comer esa papilla de frutas que no hay quien se la coma, en ese ratito de paz para que se calmen después de un día ajetreado…

Y la verdad, tampoco conozco a ningún adulto al que no le guste una buena historia. Ya sea en formato peli, serie o novela. O en alguno más nuevo, tipo podcast, artículo de un blog o un correo electrónico que llega puntualmente a tu bandeja de entrada. 

A todos nos gustan las historias. Y todas las personas (y los proyectos) tenemos historias que contar. Nuestras historias. Nuestros relatos de marca.

Entender esto es algo muy importante a la hora de comunicar tu proyecto. 

Porque podrán copiarte los productos, los servicios, los precios y la forma de escribir, pero nunca podrán copiar tu historia, tu esencia, porque cuando lo que cuentas es tu verdadera historia, se nota, trasmite, llega la conexión y llegan las ventas.

Las historias humanizan a tu marca y le dan valor. Hacen que quien las lea se conecte de una manera mucho más emocional y se comprometa con ella. Y compre. O recomiende comprar.

No vale decir que no sabes qué contar. Ya he dicho antes que (absolutamente) todo el mundo tiene historias que explicar. 

Historias sobre ti, sobre por qué haces lo que haces, de dónde te viene la vocación. O la afición. 

Anécdotas sobre cómo empezaste, sobre tus clientes, sobre tus colaboradores.

Mil cosas que puedes explicar a tu audiencia y convertirlas en ganchos para que se fijen en ti y en lo que les ofreces. 

Y cada historia que cuentes, debería tener un giro al final para poder enlazarla con lo que vendes o con el objetivo que te propongas. 

Es fácil y es difícil. Si todo el mundo supiese hacerlo, personas como yo nos quedaríamos sin curro. 

A bote pronto, puedo darte 5 tips para que empieces a recopilar tus historias y a usarlas después: 

  1. Apunta todo aquello que te pase y de lo que puedas sacar una historia. En tu móvil, en una libreta o en cualquier sitio que tengas siempre a mano.
    Todo sirve: libros, películas, conversaciones, podcasts, tu día a día… la vida en general está plagada de cosas que contar. 
  2. Piensa en cómo le darías contexto a ese hecho, a esa frase, a esa situación para convertirla en historia. 
  3. Procura no enrollarte mucho al explicarla (yo tiendo a hacerlo, y luego tengo que pasar la ‘podadora’ a los textos). 
  4. Asocia cada historia que tengas anotada a un objetivo: vender un producto o servicio, dar visibilidad a tu marca, conseguir más suscriptores… Cualquier objetivo que te hayas propuesto. 
  5. Usa el sentido del humor siempre que puedas. Ayuda mucho a captar y retener la atención de quien te va a leer. 

Podría seguir dándote consejos e instrucciones, pero entonces, convertiría este post en un curso. Que si quieres, lo tengo, pero claro, no es gratis, porque contiene mucho valor y eso hay que pagarlo. Es un curso super guay de mi amiga Mariona de Waitala, que de esto sabe la tira. 

Si te interesa este curso sobre Storytelling, escríbeme y te digo cómo puedes conseguirlo. 

Mientras tanto, ve pensando en todas las historias que puedes contarle a tu público. Son muchas. 

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